Introducción
Hace años el Programa ZAP
consideró a la Educación
Ambiental (EA) como abordaje inherente a su enfoque,
asumiendo que los sectores más pobres y vulnerables de la ciudad, son los que mayor
y mejor educación y apoyo requieren. La situación actual lejos de haber
mejorado, ha empeorado desde el punto de vista ambiental en la ciudad, los
riesgos se han incrementado en cantidad e intensidad, y también ha crecido la
población y la precariedad social. Paradójicamente la Ciudad cuenta con un
consistente marco normativo, vigente pero imperfectamente cumplido, que regula
y favorece a la gestión ambiental y a la EA. Contrariamente
a lo esperable la gestión y educación ambientales siguen a la saga de la crisis
del ambiente de la ciudad de Buenos
Aires.
Es por tanto tarea
importante de la inclusión educativa asumir la Educación Ambiental
como un área prioritaria.
Dado el marco normativo
vigente, todas las acciones, iniciativas educativas y propuestas pedagógicas en
torno a las problemáticas socio-ambientales deben enmarcarse en la política
activa de Educación Ambiental que sustenta la Ley de Educación Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires,
que brinda un marco intersectorial y auspicia un esquema de articulaciones
entre las áreas educativas necesariamente involucradas tales como currículum,
inclusión escolar, capacitación docente e inspección y otras áreas gobierno
relacionadas con gestión del ambiente.
Se trata de potenciar la
educación ambiental en la Ciudad
para alcanzar la concienciación y capacitación ciudadana que permitan
participar de forma responsable en la gestión del ambiente y será tarea de este
proyecto llevar adelante desde el sistema educativo las acciones necesarias
para tal fin. La diversidad de sujetos sociales que suelen tener voluntad de
intervenir en los procesos educativos ambientales, sus diferentes motivaciones,
sugiere la necesidad de ordenar, orientar esa participación y esos aportes
mediante la definición de marcos de actuación que referencien el abordaje de
los agentes y los debates que suscitaran, en los mas actualizados desarrollos
teóricos del campo y en claras políticas de estado. Se proponen,
consecuentemente, dos marcos de referencia: uno asociado a los procesos curriculares y de enseñanza y el otro a
los territoriales-comunitarios, que se
irán retroalimentando constantemente a través del desarrollo de algunos tópicos tematizados propios del
objeto de la
Educación Ambiental, de carácter general es decir abarcativos
de otros temas y prioritarios para la
Ciudad de Buenos Aires.
1-Marco
de Referencia para el Abordaje Curricular
Todas las estrategias
pedagógicas que el proyecto Educación
Ambiental y Gestión del Ambiente Educativo del Programa ZAP se propongan
buscaran articularse con las lógicas del trabajo curricular que la “Dirección
de Curriculum y Enseñanza” orienta, pero sin perder de vista los otros desafíos
de enseñanza, que la
Educación Ambiental propone.
La especificidad de la EA en nuestra región otorgó cierta
entidad al campo respecto a otros discursos ambientales del resto del mundo y
habilitó procesos sociales y educativos más complejos, la circunstancia
latinoamericana social, histórica, de desarrollo, vincula estrechamente lo
procesos educativos formales y las construcciones curriculares con las
condiciones de la calidad de vida, en este sentido no cabe, en nuestro enfoque
y trabajo una separación tajante entre el marco de referencia para el abordaje
curricular y el marco de referencia territorial - comunitario, que determina en
última instancia el espacio a trabajar en que el currículm opera, hay que
reconocer a la EA
un campo de acción, dotándola de un profundo sentido político vinculado al
compromiso y la justicia social.
De este planteo deviene que
la construcción del conocimiento ambiental debe pensarse y trabajarse a partir
de la revalorización del saber popular y de la comunidad, y en esa interacción
proponemos se piense el trabajo curricular, precisamente en el marco del
enfoque propio de la Coordinación
de Inclusión Educativa y el Programa ZAP.
Curriculum entendido como propuesta política
educativa que sintetiza elementos culturales (conocimientos, valores,
costumbres, creencias, hábitos), producto de una negociación e imposición
social en un determinado momento histórico (De Alba, 1991).
El campo de la EA viene a cuestionar la lógica
tradicional del curriculum, no sólo en su estilo clásico de escritura (de
secuencias lógicas, explícitas y centradas en la instrumentalidad técnica) sino
también en su concepción y en su relación con la sociedad. La lógica
tradicional del curriculum, positivista y fragmentada, está llena de certezas
esencialistas y prescripciones en las que se anclan las diferentes disciplinas,
donde prima la pedagogía de la respuesta y no de la pregunta (González
Gaudiano, 2006).
La discusión sobre la
forma de incorporación de la educación ambiental en el curriculum ha llevado a
múltiples discusiones a lo largo de la historia. Desde posturas que sostienen
la necesidad de reforzar ciertos contenidos en las actuales asignaturas, otras
que defienden, en cambio, la incorporación al curriculum de una materia
específica hasta posiciones más innovadoras que apuestan a la transversalidad e
interdisciplinariedad de la EA
en tensión a la estructura disciplinar tradicional del curriculum.
En este sentido, creemos que
es necesario imaginar, recrear, y reinventar nuevas propuestas que nos permitan dicha
incorporación, que como dijimos se construyen siempre en dialogo pero no solo
con la Dirección
de Curriculum y enseñanza, si no con las escuelas, los docentes y la comunidad.
Se presentan algunos ejes que hay que tener en cuenta en
ese trabajo conjunto:
- LA Educación Ambiental es concebida desde este Programa, como un enfoque educativo
constitutivo de la educación común que
da respuesta a requerimientos específicos de formación no solo en contenidos
sino sobre todo en dinámicas y enfoques, articulando con cada Nivel Educativo,
con el propósito de generar mejores niveles de comprensión, garantía para el
ejercicio de los derechos educativos de igualdad, inclusión, calidad y justicia
social.
- La transversalidad que propone la educación ambiental se refiere a
las temáticas y problemáticas que la crisis ambiental atraviesa (trabajo, ciudadanía,
género, derechos humanos, salud y alimentación, procesos ecológicos, sustentabilidad,
entre otros). Como la realidad misma, el campo de la EA el que es definido como
transversal, interdisciplinario y complejo en sí mismo y por esta
razón tensiona e interpela la integralidad de un currículum que solo es capaz
de ver aspectos separados. Es por esto que en el Programa se definieron grandes
tópicos como áreas de reflexión integradas
para la EA: ambiente,
sustentabilidad, conflictos socioambientales, desarrollo, territorio, cambio
climático, salud y alimentación, recursos naturales, modelo productivo, consumo,
ética y calidad de vida, cuidad, Región Metropolitana, derechos y ciudadanía, representan nudos problemáticos de la vida
contemporánea en la CABA, abordables desde el enfoque de la EA.
- La
incorporación de la educación ambiental en el currículum esta necesariamente
mediada siempre por una concepción de
ambiente, y también por una
correlativa concepción de EA. Es importante problematizar siempre y
desnaturalizar las concepciones con la que se trabaja especialmente la de
ambiente, esto además de garantizar una
actitud critica, favorece el desarrollo de diferentes estrategias didácticas.
Es necesaria una clara definición conceptual de este término en particular y de
otros igualmente estructurantes, que
permiten, no solo la comprensión de la complejidad de las problemáticas
ambientales, sino también habilitan procesos de construcción de un pensamiento
complejo. Autores
como (González Gaudiano, E, 2007 y De Alba, A, 2008 entre otros) sostienen que
se requiere de nuevas articulaciones conceptuales posibles para construir
alternativas cognoscitivas, que nos brinden posibilidades de conocer la
complejidad ambiental.
Entendemos que el camino
por la definición de estas articulaciones conceptuales implica la práctica
misma de la EA.
Desde el Proyecto
Educación Ambiental y Gestión del Ambiente Educativo, PROGEA, en el Programa
ZAP proponemos trabajar con los conceptos mencionados especialmente ambiente, sustentabilidad, desarrollo, conflictos
socioambientales, y territorio. Deconstruir, historizar,
resignificar y problematizar estas conceptualizaciones matrices, en todas las áreas posibles y niveles servirá como primer paso
para referenciar en esas problematizaciones otros contenidos más específicos y
disciplinares y así poder complejizarlos
favoreciendo a su vez la interacción disciplinar, es decir la interdisciplina.
- Trabajar sistemáticamente
en la incorporación de la perspectiva ambiental, mediante documentos de trabajo para
docentes, boletines temáticos y documentos curriculares, complementara los diseños
curriculares existentes, generando y estimulando una mayor producción
teórica y sistematización de experiencia disponible para el trabajo y para
cuando la actualización curricular sea posible.
- Finalmente, la
complejidad que significa la incorporación de la perspectiva ambiental al currículum
nos lleva a directamente al problema de la Formación Docente. Destacamos la relevancia
del rol de los docentes para la EA
y la necesidad de una formación relativamente especifica, pues la
profesionalización dentro del campo, es un requisito para poder poner en marcha
propuestas que enfrenten nuevos desafíos de la vida, del conocimiento y de la
practica educativa; en este sentido proponemos también como parte del trabajo
educativo del Proyecto, elaborar un Programa de Formación Docente en Educación
Ambiental que involucre varias estrategias simultaneas, en dialogo y
colaboración con las otras áreas con competencia en la cuestión.
2-Marco
de Referencia para el Abordaje territorial-comunitario
Referenciado en la
Ley de Educación Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires, el Proyecto
Educación Ambiental del Programa ZAP propone líneas de acción que propicien espacios
concretos de construcción de estrategias pedagógicas y de gestión educativa que
favorezcan el reconocimiento de la profunda relación que las instituciones
tienen con sus territorios y la vinculación de la educación con la construcción
sustentable de los mismos y por tanto, el reconocimiento de las escuelas como
sujetos activos en la promoción de procesos de participación y de construcción
social de los ambientes propios.
La
educación ambiental es en si misma un desafío territorial y es necesario
visualizar su estrecha relación con la gestión ambiental del territorio, sus
implicancias mutuas, la complementariedad posible entre una y otra.
Por eso, creemos
indispensable la creación de un marco de referencia para el abordaje territorial,
que oriente y ordene las iniciativas educativas orientadas a las instituciones
escolares y comunitarias desde diferentes grupos ciudadanos e instituciones y
permita un aprovechamiento pedagógicamente coherente y no contradictorio del
mensaje y la experiencia que se propone.
Pensado como un mecanismo abierto, participativo y colectivo, donde la EA sea un instrumento fundamental a la hora de
pensar en la gestión territorial-comunitaria, tambien en la ciudad.
La Educación Ambiental presenta una estructura y dinámica
flexible que supera las fronteras establecidas entre la educación formal y la
no formal. En este sentido promueve la participación de la comunidad en el
proceso educativo, pues la vinculación de ésta con la escuela constituye una
condición indispensable para poner al sujeto que aprende en contacto con el
ambiente posibilitando una interacción permanente entre ambos.
Este proceso de socialización que
trasciende la escuela se produce en un ambiente concreto donde tienen lugar las
relaciones cotidianas de familia, vecindad, trabajo y ocio. La importancia de
aprovechar bien el potencial educativo de ese entorno comunitario -o de
transformar la comunidad en un medio
educador- radica en su altísima eficacia y en
el hecho de que convierte a cada persona en agente multiplicador, a la vez
destinataria y promotora de actitudes pro-ambientales en la interacción social
cotidiana.
Partiendo de la realidad ambiental en
que se inserta la comunidad educativa, se trabaja cotidianamente para lograr la
contextualización de las actividades y los proyectos que se proponen, logrando
que tengan un carácter proactivo y que se traduzcan en intervenciones directas
o indirectas pero efectivas en las condiciones territoriales y ambientales.
Este tipo de proyectos –de educación/acción- no pueden construirse por
fuera de un proceso formativo, el cual trasciende la escuela y alcanza la
familia y todos aquellos que de una u otra manera forman parte de la comunidad mas
inmediata.
Desde este enfoque se
propone un abordaje que toma la escuela como sujeto social integrado, promotora
y participante fundamental de la gestión territorial del ambiente que ocupa y
que le influye y le impacta. Para ello creemos necesario el diálogo y el
trabajo conjunto con otras áreas, tanto aquellas que forman parte del Programa
ZAP- y de la Coordinación
de inclusión escolar como de otras dependientes del gobierno porteño como son
el Ministerio de Ambiente, la Agencia
de Protección Ambiental, el Ministerio de Salud, el Instituto de Vivienda de la
Ciudad, y los CGP-Comunas así como las
organizaciones sociales involucradas en cada comunidad, todas ellas
consideradas importantes en el momento de elaborar las herramientas para un abordaje
territorial y comunitario del ambiente. Los CGP, futuras Comunas, en tanto agentes
de gestión locales son fundamentales en la construcción de cualquier abordaje
territorial que tenga el ambiente como preocupación central. Los procesos
educativos que trascienden la escuela deben integrarse a una red de acción
institucional y comunitaria urbana y local.
Consideramos que uno de los mecanismos
apropiados (no el único, pero si el mas abarcador y completo) para hacer educación
y gestión ambiental y reflexionar sobre el territorio desde el ámbito escolar,
en relación con la comunidad, como se propone, es a través de la elaboración de
una Agenda (Ambiental) Escolar, diseñada por la propia comunidad
educativa con base en su realidad y en sus posibilidades.
Agendar es dedicar atencion, reservar un espacio, un momento, ocuparse,
asignarle valor, prioridad, importancia a un tema, problema, conflicto..
La concepción de Agendas (Ambientales) en la escuela, tanto como la concreción de proyectos
ambientales aunque en menor grado, es el
reconocimiento de las problemáticas socioambientales como temas de preocupación
de la comunidad educativa y a la vez objetos de interés pedagógico, y la asignación
de una prioridad y la decisión de actuar para su abordaje educativo. Mediante esta
herramienta se habilitan:
Ø Espacios abiertos de
comunicación, participación, creación, reflexión, interacción que
tiene la comunidad educativa con su entorno para llevar adelante el aprendizaje
de los saberes ambientales a través de la intervención y la búsqueda de comprensión
para accionar sobre los problemas
socio-ambientales locales, urbanos y regionales.
Ø Un proyecto
educativo colectivo que a través de prácticas democráticas y formas de
organización coherente con estos fines, pretende contribuir a la construcción
de una sociedad y una ciudad sustentable y ambientalmente justa
Ø Un camino
para instaurar un cambio cultural desde la escuela donde todas y
todos deberán tener derecho y capacidad para tomar decisiones en el desarrollo
de un Proyecto Ambiental Escolar relacionado con los problemas
socio-ambientales que les afectan.
La
Agenda Ambiental Escolar presenta tres
componentes básicos que están interrelacionados, pero que pueden ser objeto de
atención y trabajo particular:
Ø Gestión sustentable de la escuela: que
contribuye a la búsqueda, detección y resolución de los problemas que afectan
al ambiente de la comunidad educativa (la institución) y su entorno mas
cercano.
Ø Contenidos y estrategias de
enseñanza: Consiste en incorporar y vincular los contenidos
curriculares con los temas que preocupan al Proyecto Ambiental Escolar a través
de una visión y un compromiso interdisciplinarios, por medio de la coordinación
del trabajo en equipo y bajo una dinámica participativa que convoque a docentes
de diferentes áreas del conocimiento a trabajar con sus alumnos temáticas,
problemáticas y contenidos integrativos.
Ø Participación comunitaria:
Consiste en involucrar a todos aquellos sectores sociales locales interesados
en participar del Proyecto a que contribuyan concertadamente y de acuerdo a sus
posibilidades a la resolución conjunta de los problemas establecidos y al
enriquecimiento del proceso educativo.
La elaboración de Agendas Ambientales
Escolares es un proceso de aprendizaje sobre la realidad socio-ambiental
local que nos invita a reflexionar e intervenir desde la escuela, en los
aspectos filosóficos, sociales, culturales, técnicos y metodológicos que
implica el proceso de participación, la práctica en la gestión de los recursos
ambientales y las experiencias de proyección desde la escuela hacia las
comunidades.
Es de esta manera que la escuela tiende a
convertirse en un sujeto social activo en la participación que demanda la
educación ambiental y la gestión y ordenamiento de su territorio y su espacio
de vida.
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